No es lo mismo llamarlo que verlo llegar. Y si a el día de mi graduación se refiere, mejor dicho, no puede estar.
Desde que me gradué de escuela superior y pise por primera vez la universidad soñaba con el día en que tendría mi diploma en las manos, que según yo y mi inocencia seria la llave que abriría la puerta hacia mis sueños y eventualmente al éxito. Que les puedo decir, han pasado tres meses y la cosa no va como yo esperaba. Definitivamente no es fácil ser un “profesional” recién graduado, mas aun cuando luchamos con las presiones sociales tradicionales y la típica pregunta, ¿qué vas hacer ahora? seguido por ¿no vas a estudiar más?
Tal vez, preguntan por que genuinamente les preocupa o simplemente por averiguar. Lo que estoy segura que no saben es que detrás de mi sonriente mirada, mientras trato de dar una respuesta coherente, hay ansiedad, decepción, tristeza, desesperación, sentimientos de fracaso y las ganas de decir, no se que voy hacer. No me preguntes por favor.
No se si es la cultura que hemos creado o la presión por emprender y alcanzar el aparente éxito que nos vemos en la necesidad de crear vidas perfectas en las redes sociales como un reflejo colectivo de lo que realmente queremos lograr. Desde que me mude de Puerto Rico y termine la universidad las redes sociales se han convertido para mi en el lugar donde veo los éxitos de mis amigos y compañeros de estudio. Una practica poco saludable que me ha llevado comparar mi vida con la de los demás y luego pensar que la mia es un fracaso. Anoche, mientras repasaba mi día antes de dormir, me di cuenta del tiempo que estaba perdiendo quejándome y comparándome. Estaba permitiendo que la superficialidad de las lindas historias y fotos de Instagram me hicieran sentir fracasada. No sabemos cual es la realidad detrás de la foto de tu amiga junto la carta de aceptación de la escuela de medicina, las frustraciones de la que tiene trabajo, dinero y ropa, la soledad de la que es influencer o las lagrimas de la que esta trabajando en la NASA.
Por eso, es importante que entiendas que el mundo ideal y perfecto donde las cosas te van a salir justo como tu esperas en el primer intento, no existe. Me ha costado entender porque todo el mundo esta triunfando o haciendo exactamente lo que yo deseo hacer y a mi simplemente no se me de la oportunidad. He repasado un sin numero de veces mi resume, mis debilidades y fortalezas para tratar de entender que pasa conmigo.
Tengo grabado en mi cabeza el día que una profesora dijo en el salón de clases que no todos llegaríamos a los medios de comunicación como tanto deseábamos. Llegue a pensar que mi mayor temor se estaba haciendo realidad. Ya me veía cambiando de carrera o trabajando en un restaurante de comida rápida hasta retirarme (si es que queda algo de retiro para cuando me toque).

Sentía que el problema era yo y que elegí la carrera equivocada. Por alguna razón, se me nublaron todas las posibilidades de triunfar y mi vida entera se convirtió en una agonía. Todo lo que intentaba no me salía. Miraba mi blog y decía nadie me sigue y nadie me lee, me miraba en el espejo y me encontraba horrible y llena de imperfecciones. En fin, nada a mi alrededor servía. Hasta que entendí que el problema realmente lo tenia yo. No entendía el plan de Dios para mi vida y mucho menos que para llegar al exito tenemos que pasar por un proceso de vida que nos hará crecer, madurar y encontrar nuestro proposito de vida. La universidad te enseña a soñar en grande, nuestros padres y familiares esperan vernos triunfar y la sociedad nos exige títulos, reconocimiento y dinero para ser exitosos y apreciados. Pero de la vida después de graduados, aprendemos a ser perseverantes, luchadores, valientes, esforzados, sabios, astutos y sobre todas las cosas a apreciar cada etapa de vida y ser PACIENTES.
Para mi no es fácil abrirme y vaciar mis aparentes fracasos en una pagina virtual. Como tampoco ha sido fácil ver como las puertas se cierran en mi cara y aun así mantenerme positiva. Pero para mi es importante decirte a ti futura graduanda que no te afanes innecesariamente que no pierdas la fe y que no gastes todas tus energías en un solo sueño que según tu te llevara al éxito. He entendido que no puedo dejar de hacer vida por cumplir mis sueños y tampoco puedo dejar mis sueños por hacer vida. Hay que encontrar el balance perfecto, si detienes una cosa por hacer otra te estas fallando a ti misma. Te estas privando de encontrar lo positivo de la situación o la paz en otra esfera de tu vida porque ahora tus pensamientos solo se dirigen a un solo lugar, el famoso “éxito”. Aun te falta mucho por vivir y mientras mas rígido y planificado veas tu futuro más fracasos y decepciones te llevaras. Tienes que fluir en el camino hacia tus metas. Probalemente, estando en el lugar menos pensado alcances los deseos de tu corazon.
No hay definición correcta para el éxito ni una llave maestra para una vida fácil y perfecta. Pero si herramientas como la palabra de Dios para la felicidad que nos traen pensamientos positivos. No te digas cosas feas a ti misma, ni a nadie. Nuestras palabras tienen poder para bendecir y levantar a alguine como tambien lastimar y hacer caer. Entiende que graduarse no es cosa fácil y tu lo has logrado. Ya eres exitosa en esta etapa de vida. Próximamente te enfrentaras a una nueva temporada de vida que tampoco será fácil, pero mírala como un escalón más hacia la meta final.
Cree en Dios, en tus capacidades y se consistente en medio de las altas y bajas. No podemos predecir el futuro, pero si podemos trabajar para obtener los resultados que deseas. Nunca te estanques si una cosa no sale como quieres, reinvéntate porque el éxito es progresivo.

One comment
No sabes cómo has impactado mi vida con este escrito. Me has descrito como anillo al dedo. Gracias.